viernes, 2 de septiembre de 2011

Héroe por contrato

Relato corto, muy corto. En un principio, es la idea para un cómic, pero dada la ausencia de dibujante...

PD: Si a alguien le interesa dibujarlo, que deje un comentario y lo hablamos xD
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Media noche; la luna llena se alzaba sobre la ciudad. La calle principal, vacía, carecía de luz alguna. En el silencio de la noche resonaba el eco de unos pasos. Una mujer corría, aterrada, lanzando miradas furtivas hacia su espalda. Unos metros más atrás, dos hombres la seguían. Uno de ellos era alto, bastante flaco. El otro era más bajo y más corpulento. Ambos se cubrían el rostro con sendos pasamontañas que dejaban al descubierto sus ojos y una sonrisa prepotente.

La mujer giró; se internó entre dos edificios. Apenas una cicatriz oscura, lo suficientemente estrecha como para que una persona estirase los brazos y tocase ambas paredes. Los hombres la siguieron. Ella siguió corriendo, intentando olvidar el intenso palpitar de su corazón, la fatiga que sentía en cada músculo. Al fin se detuvo; una pared la impedía el paso. Un callejón sin salida, iluminado por la luz de un farolillo. Bajo su luz, la mujer parecía una niña, no tendrá más de diecisiete. Se giró; buscó otra salida, otra forma de escapar. Nada. Los dos hombres se acercaron a ella…

El más alto sacó una navaja. El corpulento se acercó más a ella. Le puso una mano sobre el hombro.

Ella cerró los ojos.

Se oyó un golpe seco, un grito.

Los abrió.

Vio la figura de un hombre, de espaldas. Llevaba un sombrero de ala ancha y una capa, ambos de azul oscuro. Al ladear la cabeza para comprobar si ella estaba bien, vio que cubría su rostro con una máscara; sólo su boca quedaba al descubierto. A sus pies estaba el hombre corpulento, tirado en el suelo. Inconsciente. El alto se acercaba a él, navaja en mano. Ella estuvo a punto de gritar una advertencia que habría sido en vano. El enmascarado le agarró el brazo con el que sujetaba el arma, y golpeó con la mano libre a la altura del codo. La navaja cayó al suelo, haciendo un ruido metálico. Un segundo golpe, esta vez en la cara, le hizo caer.

Con los asaltantes en el suelo, el enmascarado se giró. Blandía una sonrisa llena de arrogancia. Se acercó a la chica, que seguía paralizada por el shock. Él rodeó con un brazo su cintura y la atrajo. Ella cerró los ojos, esperando un beso… Que nunca llegó.

Mientras la chica mantenía los ojos cerrados, el enmascarado sacó su cartera. La abrió, cogió todo lo que contenía y la lanzó hacia un lado.

Cuando la chica abrió los ojos, su misterioso héroe había desaparecido. Una nota ocupaba su lugar, un número que correspondía a la cifra que se había llevado y una sola frase.

“Estos son mis honorarios.”

1 comentario:

Natalia Pérez Vidaurreta dijo...

Ey!!!
Muy buena XDD Al final lo escribiste. Yo hice un dibujillo ayer. Luego le hare algun retoque para que por lo menos puedas tener una imagen de tu heroe.

Por cierto. Por si no sale mi nombre, soy Valeriya ^^