sábado, 26 de junio de 2010

Tiempo

Para ella
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¿Que qué recuerdo, dices? Eso mismo me pregunto yo muchas veces. El tiempo se lo llevó todo. Nunca soy capaz de evocar las dichosas imágenes que busco, ni haciendo el mayor de los sacrificios a cambio. Mi memoria me traicionó, de la misma forma que la vendí con cada trago de alcohol.

¿Quién me iba a decir que acabaría contándote mi vida? Hace muchos años ya que te vi por última vez. Apenas recuerdo nada de aquel encuentro. Incluso tuviste que decirme tu nombre. No te diré que me sentí incómodo en aquel momento. Para mi desgracia, olvidar me es tan común como respirar.

Te parecerá absurdo lo que hice con mi vida. Mi novela sigue inconclusa, atascada en el mismo fragmento que reescribí una y otra vez. Creo que es de las pocas cosas que mi traidora memoria retiene. Quizá por el mero hecho de hacerme tanto daño. Cada noche he relatado de nuevo aquel primer beso entre el protagonista y su amor platónico, sin ser capaz de darle la forma adecuada. Creo que perdí la capacidad de imaginar hace ya mucho tiempo. En mi cabeza solo hay sitio para aquella tarde de otoño…

Que cruel fue el tiempo conmigo. Me da unas horas de placer y una vida de sufrimiento.

¿Y a ti, qué te dio el tiempo?
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